Las obsesiones me estaban royendo la vida y royendo la cabeza y mi bienestar. Llevo unos días que ya no las tengo. No sé qué ha producido el milagro. Por las mañanas ya estaba en mi mente esa obsesión maldita y seguía todo el día. Fue quizás una putada que me hizo mi hermana hace ya mucho tiempo y la cogí miedo lo que empezó esa serie de obsesiones continuas. Luego fue lo de meterse en mi casa y luego lo del robo de las llaves de la bolsa de mi hermano en el hospital. Todo eso se me revolvía en mi mente de manera agotadora. Ya no. Ya no pienso en esas cosas que son malas todas pero creo que no van a tener consecuencias. Los dos que lo hicieron deberían sufrir lo que yo he sufrido por ellos, como mínimo o por lo menos pedir perdón, pero ni lo piden ni son conscientes de que hicieron daño.
Ellos fueron, ellos, que no lo dicen
pero en su moral lo llevan aunque no les cueste.
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