Qué mal rollo dan algunos personajes públicos. Están ahí para saber lo que no queremos ser. Otros, sin embargo, han estado en tantos sitios, las han pasado canutas y dan su voz para exponer lo que opinan sobre este mundo con conocimiento de causa. Dicen los sabios que nada ocurre al azar, que todo tiene una causa. A esos sí que hay que hacerlos caso e imitarlos ya que les ha pasado de todo y no han muerto. Y viven para contarlo. Yo, con mis tristes escritos que no publicaré nunca quizás, tengo la experiencia de la educación. Cómo me las apañé para dar clase y sacarme la plaza, ni siquiera lo sé yo. Pero lo hice y puedo dar ejemplo de constancia y sagacidad, pues no todo el mundo puede decir que se ha sacado plaza de profesor de secundaria. Luego, ya digo, están mis escritos. Es otra faceta de mi vida pero no sé qué valor tiene mi pequeña literatura que construí. Yo no la doy importancia, pero otros que saben han dicho de ella que es buena.
Como se vive, se muere.
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