No sé si será una aprensión mía pero anoche, cuando fuimos a pasear Paco y yo por Majadahonda, no vimos animación de gente. La gente iba de dos en dos, con la cabeza un tanto gacha. En los bares no había diversión y hoy era fiesta. Yo noté que la gente está cansada de elecciones en verano, el calor del verano, el verano de octubre, el rollo de los políticos, la inflación, las guerras. La gente se harta y colapsa y ya no piensa en divertirse. Ha tenido vacaciones en julio y en agosto. Las fiestas de septiembre también han sido un poco anodinas. La gente está mal de su salud mental, eso de que se habla tanto ahora, como si no hubiera existido antes esa preocupación. Los que se ríen descomponen el cuadro de ensimismamiento, de sumisión a las cosas que pasan. Hay una crisis muy grande, económica, social y política. Si Sánchez consigue ser presidente, se le hará muy cuesta arriba levantar el ánimo de la gente pues yo creo que la gente está muy tocada. Son tantas cosas raras... Ahora, no sé si se tratará de una aprensión mía.
Te colocas a la altura de los girasoles
y das vueltas y das vueltas.
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