Me sé la historia de una mujer contrahecha que también tenía el alma como un guiñapo. Los antiguos decían que no había peor cosa que un hombre sabio dirigido por analfabetos. La pobreza todavía tiene un encanto: que los que te quieren no lo hacen por tu dinero. En "El buscón" de Quevedo aparece el dómine Cabra que es la avaricia en persona. A ver si me quito de encima pensamientos perversos que me procuran recuerdos de gente que se cree omnipotente, que se cree que posee toda la verdad. En las novelas aparecen personajes que luego se repiten en la realidad como en "Retrato de una dama" en la que la dama va a parar a manos de un hijo de puta redomado. Toma y daca. Los hijos no heredan las calamidades de los padres. Me tomaré un vaso de agua y fumaré. El sábado me está esperando.
Ríe con los muchachos y no te acerques a los santos.
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