Ojalá pasaran las horas tranquilo en casa. Dime con quién vas, he de decirte quién eres. Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla. La mañana se estrena hoy más dulce, como la madura carne de un melocotón. Leí en algún sitio sobre un escritor que creaba personajes asquerosos, odiados de todo el mundo, de sus narices saliendo mocos, oliendo a sudor, no se lavaban. El hombre de azul se ha dejado barba. Este escritor nació en un barrio pobre de Madrid, quizás Villaverde, quizás Vallecas, y sus personajes, ya digo, son antihéroes que nunca llevan razón. No me acuerdo del nombre de este escritor y de ninguno de sus personajes pero la entrevista en el periódico sí la recuerdo. El feísmo es una tendencia en literatura que a veces se asoma a la realidad de los hombres. Hay comportamientos que no son evaluables. Las emociones se pueden crear exprofeso y la mente reacciona a esa emoción. Por ejemplo: si nos reímos sin causa alguna, en el cerebro se crea la química de la risa. Parece que hoy será un día normal.
Allí, frente a la barra de un bar, estropeando el día, cansado
de vivir, mirando no sé dónde, apareció la muerte.
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