Ya ha llegado el verano. Pasan los días. Me acuerdo de un libro que se titula "Confesiones de un pequeño filósofo". Un niño va recreando su infancia desde las sensaciones y desde la razón y desde la memoria. Se oyen los mismos sonidos todas las mañanas y las tardes: la radio, sobre todo la radio, los vecinos, la piscina, los balonazos de los niños por la tarde. Mañana viernes me iré a Madrid. No veré nada especial, no recorreré las calles típicas, solo iré y volveré después de un paseo corto. Paco ha estado ingresado. Eso condiciona mucho. No somos capaces de pensar en irnos lejos. Es la enfermedad. Es lo que tiene sufrir esta enfermedad incapacitante. Dicen que mañana viernes hará un calor insufrible. Ya veremos. Ya veremos.
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