Hoy me he levantado mal, pensando cosas feas que quizás estén por suceder. Las intuyo, las presiento y me da miedo presentirlas. Pero debo pensar en otras cosas, en otros asuntos más amables que hagan que el corazón vaya concierto y sin penas. La vida no se escoge, lo que nos rodea es lo que hay, no queda elección en este mundo para cambiar todo aquello que está frente a nosotros. Cabe la posibilidad de empeñarnos en cosas mejores que las circunstantes, no pensar en lo malo que abunda sino en lo bueno que podamos elegir por nosotros mismos. Es mejor obviar aquello que nos puede hacer daño si pensamos precisamente en ello y lo que tenga que ser sucederá, pero sin obsesiones ni malos agüeros. Pronto veremos de qué está hecha la vida, qué sinrazón hay en ella, pero mientras, esperemos tranquilos a que venga esa vivencia.
Que el hombre no tema al hombre.
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