La historia que cuento sobre el tabaco, ya está casi acabada. La revolución de los fumadores contra los locales que venden los productos asociados a la nicotina, ya está casi finalizada. Allí cuento cómo arden los estancos por una rabia de los fumadores que despiertan de su dependencia y toman el mando mediante manifestaciones y charlas y conciertos llevados a cabo por gurús de la vida sana y eliminación de la nicotina y el tabaco del cuerpo. Y es que la Tabacalera y los estancos trafican con la muerte y encima, lo avisan. Por eso, en mi historia, los que fuman luchan contra esa hipocresía que se deriva de gastarse el dinero en algo que mata de muchas maneras. Hasta el punto de que esos fumadores obligan al Estado a tomar las riendas de esa revolución anti tabaco y a acabar con la fabricación de ese mismo producto dañino.
Y agrupa flores grises orilla del lodo.
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