Walter es marica. Pero no es lo peor que Walter sea marica, sino que ama al dinero por encima de muchas cosas y personas. Walter paga hipoteca. Pero no es lo peor que Walter pague hipoteca, sino que Walter hace regalos ridículos para no gastarse un duro. Walter es un hijo puta. Pero no es lo peor que Walter sea un hijo de puta, es que nunca invita cuando es él el que llama para quedar a tomar algo. Walter es el típico gorrón del centimillo, el loco que por un euro mata, el que a don dinero se arrodilla como religioso que es del peculio. Y Walter, encima, vota a Podemos, esos salvajes de la política que señalan a la gente como se hacía en el 36. Puto Walter.
Le atisbó viniendo por la calle.
Le apuntó con el dedo y dijo suavemente,
"ahí viene un pesetero".
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