No sé cómo considerar esto de escribir en este blog. No sé si sirve de algo. Quizás informe, quizás entretenga, quizás no valga un pimiento. Yo soy de un carácter bastante escéptico, como cuando hice la carrera y pensaba que no habría trabajo para mí en la vida. Al final acabé encontrando trabajo de profesor y no dejé por eso de ser escéptico sobre el trabajo que hacía de docente. Toda la vida no diré que amargado por esta España de lo precario, de lo chapucero, pero sí con un ojo avizor, un ojo temeroso de que todo se fuera al traste. Porque así somos los españoles, muy poco de fiar. Lo que se promete, se olvida enseguida. Así que no sé para qué sirven estos trozos entre ¿periodísticos?, ¿de intimidades? que escribo aquí. Deberían decirlo mis lectores pero nunca escriben un comentario para decírmelo.
Él decía palabras
que nunca sonaban bonitas.
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