Un señor que trabaja en una emisora de radio cuenta que, en el ascensor, un anciano le dijo: "qué pies tienes". Entonces todos los contertulios (otros señores y señoras que trabajan en esa emisora de radio) se echan a reír como si aquello fuera el summum de las anécdotas graciosas. Cuenta este señor que subió en el ascensor con el anciano que le dijo: "es un 42". Entonces hay nuevas risas y chascarrillos estúpidos obra de esos señores y señoras que trabajan en esa emisora. Pero hay más: este señor que trabaja en una emisora de radio fue a Correos a depositar su voto por correo. Entonces unsa empleada de correos le dice: "Felipe, ¿qué haces tú aquí?" y entonces hay muchas risotadas que recorren la emisora pues esta anécdota ya sí que es el summum de las anécdotas graciosas. El señor que trabaja en la emisora dice que fue un momento dramático de confusión y la empleada se disculpó y casi llora de la rabia. Y todo esto ocurre en una emisora de radio que aburre a las ovejas.
Sal tú, bebiendo campos y ciudades.
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