El mar es un olvido,
una canción, un labio;
el mar es una amante,
fiel respuesta al deseo.
Yo tengo del mar unos recuerdos infantiles que no cuadran con estos versos tan profundos, adultos, sobre el mar. Pero el mar es eso, un misterio. Séneca decía que Dios había hecho el mar de tal forma que no revertía en la tierra. El mar, si lo miras de cerca, es un olvido de ti mismo en él. Te sientes pequeñito frente al mar. Y también es una canción que van cantando sus olas y un labio que besar. El mar cumple todos los deseos del hombre porque el mar es una mujer con nombre de agua.
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