viernes, 23 de junio de 2023

Esta noche es de las hogueras de San Juan. Una buena noche para perder el control y chamuscarte un poco los pantalones o la camisa si no andas fino tras los fuegos de la noche. Hoy se tira todo lo viejo a la hoguera para que no vuelva, pero el pasado está ahí, condicionando el presente y el futuro nuestro. No te digo nada de todos estos locos que sueñan con una noche de playa con alcohol y llamas hasta la cintura y meadas en el mar. No te digo de esos que se creen jóvenes y saltan olvidando el pretérito ayer sobre las igniciones de madera de muebles viejos, de sábanas gastadas con tu antigua pareja, con trajes que te pusiste para despedir a un ser querido o trajes que te pusiste para gustar a un tipo o tipa que te hizo la vida imposible. Pero el pasado no se aleja con esa facilidad, el pasado está ahí en el presente tuyo como una lapa. Se desea la exorcización del pasado pero no existe tal exorcismo. Mira mi hermano y yo: estamos condicionados por una enfermedad que nos atacó a los 14 y 18 años y ni San Juan ni San Pedro nos la han quitado de encima.

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