Leo un artículo de una señora que dice que el verano es ideal para reunirse en familia y mirarse el interior de la persona sin las prisas que hemos tenido todo el año. Yo, sin embargo, no me reúno con ninguna familia. Es como si no tuviera familia. Solo estoy con mi hermano. Suena el chatarrero. Todos los muebles viejos, cocinas, hierro viejo. Creo que en este verano cambiaré el chip definitivamente. La vida ya ha dado la vuelta a la esquina y aquí estoy solo. Y los problemas que tengamos los habremos de resolver también solos. Bueno. La luz del sol se mete por la ventana e ilumina toda la habitación. Corre aire fresco por la casa. El día ha dado comienzo hace tres horas. Yo me levanto, desayuno y tomo el pulso a la mañana.
Quizás mis lentos ojos no verán más el sur.
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