Un enfermo mental de 53 años ya no puede hacer todo aquello que desearía. Aunque una pareja de ellos haya estado en La Manga del Mar Menor unos días. Me cuenta mi amigo que fue con su novia, que, una vez en la La Manga, ha tenido que ir en taxi a un hospital porque se sentía mal de la enfermedad mental que sufría. O sea, que no nos desquitamos de la enfermedad ni en vacaciones. A mi hermano y a mí nos da miedo ir de vacaciones. Mi hermano ha salido de un ingreso y a mí también me da cierto yuyu a salir fuera, a viajar precisamente porque con esta enfermedad mental, no sabes lo que te va a pasar. Mi hermano dice que yo se lo hice pasar muy mal en Soria cuando me dio una fase eufórica de mi enfermedad. Yo hice un viaje a Italia de fin de curso y también me dio la fase eufórica y lo pasé yo mal y también los que me rodeaban. Y ahora tenemos Paco y yo 53 años, que no es uno ni dos.
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