Si Dios me da salud, puedo llegar a viejo y vivir como esos que veo por la calle renqueantes y no tan renqueantes. Puedo disfrutar de lo que me da la vida ahora, aunque lo considere bien poco: lecturas, paseos, amigos, pero no viajes. Me gustaría viajar. A lo mejor voy a una agencia de viajes y me apunto a algo de eso que vas con más gente visitando cosas. Pero creo que en esos viajes hay que madrugar mucho y tal y eso no me conviene. Pero a lo mejor me apunto, como mi hermano se apuntó a ver el sur de Portugal. Además, si no me sale del bolo, no me levanto y hago excursiones vespertinas exclusivamente. Bueno, ahora voy con mis escritos a ver qué hago, a ver si concluyo alguna narración que tengo por ahí.
Escribió y escribió
y un sucedáneo de París creó vilmente.
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