Hoy me toca hacer unos espaguetis a la putanesca. Ojalá salgan bien. Los coceré en la olla exprés. La salsa la hago en la sartén grande. Los días pasan todos iguales o muy parecidos, es difícil distinguir unos de otros. Ayer, una conversación con un tipo que no encuentra trabajo; hoy un descafeinado en el Sanuz, mañana qué sé yo, algún rato perdido viendo pasar autobuses sin carga humana dentro. Esto es lo que hay, como dice un viejo conocido. Barcelona y Madrid eran algo humillado, dice el poeta de los años 50. Leyendo y leyendo un poco cada día se me pasa la mañana. Ahora me pregunto si toda la vida/hemos estado ahí, dice otro poeta de los años 50. En internet, una señora dice que somos eternos los seres humanos, que vamos a algún lugar después de muertos. La eternidad es esa cosa inimaginable por mente humana que quizás exista sin que lo sepamos. De todos modos, cambiaron de color las enseñas de la patria, dice otro poeta de estos de los 50.
Las horas del amor habrán pasado...
y su recuerdo nos llena de tristeza.
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