Me gustaría estar en Cádiz y darme un paseo por la calle donde nació Falla. También me gustaría estar en Sevilla y ver dónde nació Bécquer y su hermano el pintor. Me gustaría pisar el patio del eterno limonero donde pasó la infancia Antonio y Manuel Machado. Me gustaría no estar aquí y estar en otra parte muy lejana, muy lejana. Por ejemplo, me gustaría estar en Oslo, a ver qué hay en esa capital del septentrión. La vida, sin embargo, nos ajusta a una zona de recorrido corto y aburrido que hay que vivir. Y, sin embargo, uno se puede consolar pensando que en todos los sitios hay lo mismo: coches y gente y algún que otro aburrido museo. Paro también hay ríos caudalosos, lagos enormes y geiseres y fuegos fatuos en los cementerios de las ciudades y los pueblos.
Julio será determinante
pero nada hay determinante en esta vida.
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