He tenido una conversación con un familiar del pueblo cuya hija ha suspendido ocho asignaturas. Han salido otros temas a relucir pero no son de incumbencia de mis lectores. Lo que he pensado yo a continuación de hablar con este familiar es irme al pueblo una semana. Creo que me vendría bien. Si planteo bien esta escapada en casa, creo que lo verían bien pues es malo que una casa esté medio abandonada en invierno.Yo la calentaría y estaría desde el día de Año Nuevo que cae en miércoles hasta el día de los Reyes. No voy con la intención de pedagogo de la hija del familiar, no. Voy a darme una vuelta y a quitarme esta sensación de inactividad que tengo aquí en la ciudad, que no hago nada porque he dejado mi novela colgando ni haré nada de nada. ¿Qué haré en el pueblo? Tampoco lo sé pero cambiaré de aires. Por lo menos lo voy a plantear en casa a ver qué dicen. Lo malo es que no puedo moverme en el pueblo pues no puedo conducir. Tendría que estar atrapado en el pueblo. Ya estuve en verano. No sé cómo será en invierno pero puedo probar. Quizás me venga bien.
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