Me encanta la idea de hacer una novela entera que salga con la prosa musical; así, mientras vas leyendo, parece que vas oyendo una canción. Pero es muy difícil hacer eso, la prosa musical está al alcance de muy pocos.
Para que la prosa sea musical, las frases deben tener una cadencia: deben acabar en palabra llana o esdrújula o aguda, según te lo pida la música del párrafo.
A lo mejor, para que la frase sea musical, dices lo que no quieres decir y pones alérgico en vez de tonto a un personaje, distinguiéndose este personaje por su tontería y no por su alergia; pero bueno, todo sea por la musicalidad, qué más nos da que el personaje sea una cosa u otra; lo importante es que el personaje sea alérgico para que la frase sea musical.
Y así con todo. De modo que hay mucha musicalidad y también mucho invento vano. Yo prefiero una prosa consistente y menos musical. El que quiera música, que vaya a una ópera.
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