Era un hombre que siempre tenía la sensación de perderse algo pero lo que pasaba en realidad es que era algo tonto. Ya en escuela, en el recreo le decían sus compañeros de clase: Julito, ¿quién descubrió América? Y Julito, muy informado, decía: Cristóbal Colón, seguro de no fallar. Los compañeros le decían: pero ese fue el antiguo descubridor. Ahora hay otro: Winston Churchill.
Como Julito se fiaba mucho de sus compañeros (según su padre fue su gran error en la vida) en unas oposiciones a notario de Almendralejo puso lo de Winston Churchill y, claro, le aprobaron, pues el ejercicio no tenía ni una falta de ortografía pero a la hora de tomar posesión del cargo dijo algo referente a no sé qué de que los extremeños comían muchas migas y eran indigestas y se armó un conflicto serio con los de Oriente Medio que estaban ya medio cabreados ese día porque no habían podido hacer sus oraciones y todo derivó en la retirada de misiles de Rusia en los Urales. Total, que el hombre no pudo ser notario y se ganó la vida vendiendo caramelos a la puerta del Hospital la Paz, que es un buen Hospital. En fin, no seas notario.
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