Me asusta pensar que tú quieras a otro.
Lo hice, lo hice pero no sé por qué.
A las tres ha tomado café con sus amigos, agente.
Por la noche ya lo sabían hasta las viejecitas.
Pasó como todo, pasó porque sí.
Contaron luego más tarde que él se sintió muy mal, que se le vio hablando solo en un restaurante chino.
Y tuvo que pasar.
La chica se fue con su madre llorando y un beso en la mejilla.
A los dos meses, ni uno ni otro encontraron su soledad.
Se encontraron en verano, por la tarde, en una calle no muy transitada para no llamar la atención.
Ahora se les ve cogidos de la mano por la calle principal.
Es normal que se quieran, están muy solos, dice la gente.
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