Ayer, charlando con una amiga, me dijo que escribir es un entretenimiento, que no se le puede considerar trabajo. Pues yo me marqué un horario como el de un trabajo el año pasado y he dejado una novela casi finiquitada. Me faltan unos detalles que tengo que modelar y la presentaré a un premio literario y si gano el premio, ya veremos luego.
Escribir es tan pesado como un trabajo porque no siempre se tiene ganas de escribir pero hay que cumplir con el desarrollo de unas líneas para que no se resienta el trabajo diario y la novela avance.
Lo malo es que al repasar esa novela he visto fallos que hay que restañar y he dejado que repose la obra un par de meses o tres para que la próxima vez que lo retome, la acabe de una vez. Lo he hecho porque es un consejo que daba en internet un novelista y parecía tener razón ya que yo, últimamente, al obsesionarme con esa novela no conseguía nada. Tengo otra empezada y veré de seguir con ella para tener dos haciéndose.
Deja a las musas preñadas.
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