Estoy estos días para arriba y para abajo, montado en autobuses lentos e incómodos mientras voy a la universidad y allí escucho de boca de un viejo profesor teorías, nombres de señores que quisieron poner luz a los libros y a veces, cuando ese profesor se dirige a mí en inglés, yo me azoro y termino contestando en español, lo que causa perplejidad en la clase.
Hay muchos conceptos nuevos que no se me meten en la cabeza pero con la idea de sorprender a ese viejo profesor con alguna idea original y aceptable, leo y vuelvo a leer y revuelvo en mi cabeza las ideas que voy aprendiendo hasta que ¡zas!, surge en mí la comprensión de tal punto incomprensible durante las últimas semanas y así voy avanzando poco a poco hasta que un nuevo mandato de ese viejo profesor me inquiete y me haga ir a la biblioteca, a consultar internet, a buscar un libro y vuelta a empezar a dar vueltas a la cabeza. Y ahora se me hacen largas las clases otra vez y pesados los viajes y extraños los compañeros de clase.
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