Hoy he paseado por Madrid. Nada de alegrías navideñas, nada de comercio excesivo; todo crisis viviente y muy palpable. La calle Preciados estaba llena de gente, cómo no, pero la gente no llevaba muchas compras encima. Recuerdo otras visitas a Madrid en estas épocas y había un lleno espléndido y jocoso por todas las calles.
he entrado en una tienda de libros de El Corte Inglés y no había clientes ni vendedores ocupados.
Hacía un frío grande por las calles, desde la Gran Vía a la Princesa, por donde he venido andando. Los comentarios que hacía la gente no eran de mucha efusión.
Luego he llegado a mi casa y me he instalado frente a internet a buscar cosas par el trabajo de literatura que tengo que preparar.
La vida fluye a veces como un río y otras como un riachuelo exangüe. El que pasa por el puente decide si eso que pasa a sus pies es algo digno de halago o de tristeza. El sol nace con la completa seguridad de alumbrar a todos, todos deben aprovechar la calidez de sus rayos.
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