Si escribo es porque paso el rato, no fumo y me libero de escrúpulos llamémoslos nerviosos. Solo una tendera o tendero entiende a otro tendero. Así, solo un enfermo entiende a otro enfermo. La gente no valora lo suficiente el hecho de estar sano. Yo sí lo valoro porque intento todos los días estar sano mentalmente, cosa que, ya digo, la gente no valora lo que tiene, esa salud con la que puede disfrutar de la vida. Pero en esta vida el más contento pasa a ser el más infeliz en cosa de minutos. Es así. Así que yo no me quejo, solo que paso el día como mi mente enferma me lo permite y escribo estas reflexiones porque primero, me valen para mí, para entenderme y luego, pueden valer para otros que parece que se comen el mundo pero que, ya digo, pueden ser la más triste de las personas en cuestión de minutos o de horas. La vida es una gran trampa: en ella todos podemos caer. Y no solo hay una trampa: hay muchas. Así que sigamos cada uno la senda que conocemos o trazamos cumplir y veamos cómo la vida va dando a cada uno lo que le pertenece.
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