Ayer me lie a escribir y no paré hasta escribir 9 blogs seguidos. Hoy me he quedado sin argumento. El argumento de ayer era que, al leer yo tantas novelas que se basan en la realidad, comprendía yo que en cualquier momento podemos ser víctimas del destino. Porque en las novelas hay algo que se llama "giro narrativo" que es cuando empieza el cambio en los personajes. Puede ser un giro amable, que conduzca a la felicidad o puede ser un giro narrativo desagradable para el protagonista y otros personajes, lo que les hace andar de cabeza. Yo, estas navidades o un poco antes, he tenido un "giro narrativo" en mi vida que me ha hecho perder la salud mental. Otras veces, la incidencia del sino en nuestra vida es buena y nos hace pensar y decir: la vida me sonríe, qué bien voy. La verdad es que de los infortunios también se aprende. Se coge paciencia, se aprende del error y quizás se vive con más intensidad la vida que antes de que nos ocurriera ese mal.
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