Ya voy pasando el rato escribiendo estas cosas que me entretienen y me animan porque descubro que la vida no es una página en blanco sino que parece un cuadro pintado por un loco o un niño que no saben las técnicas pictóricas y pintan según Dios les da a entender. Cuando tenemos uso de razón hacemos las cosas con cierta lógica. En literatura, se hace con la lógica narrativa: presentación, nudo y desenlace. Con los cuadros, hay una lógica de los rostros, de la acción y del espacio en que aparecen las figuras y los objetos. La vida, para cada uno de los mortales que somos, es una página que hay que escribir o un cuadro que hay que pintar para entendernos a nosotros mismos. Los seres humanos pasamos por diversas etapas en nuestra vida y a cada etapa parece corresponderle una narración o un cuadro, son formas de entendernos. En nuestra cabeza se configura un momento de nuestra vida que puede ser feliz o triste según sean las circunstancias que nos acompañan en esa vida. Seamos felices todo lo que podamos y si no, soportemos la tristeza también como podamos. Un cuadro o una narración nos definen como representaciones que hacemos de la vida en nuestra mente.
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