Esto de escribir blogs me lo tomo como una terapia y una forma de estar entretenido las largas tardes de invierno. A lo mejor, otros pasan estas horas decadentes fumando porros o bebiendo cuba libres en los bares. La verdad es que si escribo algo, es algo que he echado de mí fuera, en otro ámbito, en el ámbito de los posibles lectores que tengo en este blog. Un blog como este, no especializado en una literatura concreta o en un tema como podría ser el cine de los años 50, pongo por caso, digo que este blog solo aspira a reflejar mi tono vital en cada escrito que hago, nada más. No aspiro a que guste mi forma de narrar este blog o los temas que trato. Eso me es indiferente. Yo solo quiero escribir un rato y largar mi humor (malo o bueno) a hacer puñetas; o sea, escribir por escribir para entretener las horas malditas o benditas que llegan y no se van tan fáciles como uno desearía. Para ello, cuento con una serie de temas llamémosles de la vida corriente y moliente y las cosas que trae la vida normal y corriente: tristezas, aburrimientos, gozo de vivir o necesidad de expresar algo.
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