Hace mucho que no veo a mi hermana. Mejor para mi salud mental. Paco y yo hablamos de llevar a mi madre al pueblo en verano. Nosotros no somos partidarios de llevarla pero si a mi hermana se le ocurre llevarla, pues a callar, que no quiero disputas con ella porque acaba todo mal. El caso es que el pasado verano en el pueblo, mi madre casi no comía y se iba de la olla muy a menudo. Ya veremos cómo acaba el sainete. Hoy he ido a pasear al campo de fútbol esta mañana. Luego, he ido a ver a mi madre. Me tomo una cerveza. Escribo en casa ya uno o dos blogs. Hago la comida de ayudante a Paco. Comemos. Escribo mis historias. Tomo café en Panus. Me voy a Las Rozas. Al volver, otra cervecita. Llego a casa. Escribo estos blogs. Así, con una actividad tras otra voy llenando los espacios temporales que nos brinda el invierno. Luego, a las 9, veré el telediario. Y las 10, a dormir. Si uno va llenando sus horas, no se siente como un pelele perdido en casa sentado en el sofá sin saber qué hacer.
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