Son las 7 de la tarde y no he fumado cigarrillo alguno. Para distraerme de fumar, me chupo un cigarrillo de plástico mentolado. Voy a ver si aguanto la semana. Luego dicen que es más suave. Hoy he merendado una coca cola y un pastel de zanahoria. Al llegar a casa he cenado sardinas anchoadas y aceitunas negras y verdes. Luego me como una manzana y un yogur y me voy deprisa a la cama. El día no da más de sí con esto del covid, las restricciones y todo lo demás. Antes, las gentes estaban por la calle haciendo el tonto pero por lo menos hacían algo. Ahora, por las noches no hay nadie haciendo el tonto ni el listo ni nada. Están metiditos en sus habitaciones o sus pisos compartidos o su piso alquilado y ya no salen ni para mear. El otro día me encontré con un taxista en el ascensor y me dijo: está muy mal el trabajo. Y yo le contesté: "claro, ya la gente no hace el tonto de noche". Y es la verdadera verdad. Ya nadie trasnocha un martes o un sábado siquiera. Ya nadie hace el tonto frente a una barra aburriendo a la camarera. No, ya no lo hace. Peor para los taxistas.
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