Son las 12:00. Dentro de una hora, me voy a comer con mi padre y mi hermano. Las calles estarán bulliciosas esta mañana. Los hijos de Dios hacen compras, cuidan de sus niños, trabajan, ven de acá para allá con un trajín propio de seres humanos queridos por el Creador. El Señor es misericordioso, lo perdona todo porque somos su pueblo. La política no suele facilitar nada a los gobernados, más bien, crea una serie de intereses que la hagan permanecer en el poder. La política no es amorosa, es utilitaria, es inmanente, no se alza sobre las circunstancias, se vale de ellas, de las circunstancias para seguir mandando. Al poder político le interesa poco la vivienda, el trabajo y la seguridad ciudadana. La política se consume a sí misma, la política sirve al que manda, no al mandado.
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