Dulces son las formas que ilumina el sol. Así las hojas de los álamos y los colores de los pajarillos. El día abarca muchos paisajes visibles, muchas naciones que viven todavía en paz. Pero el tambor anunciaba un mal temporal. Los que gobernaban los pueblos querían más territorio, querían vender sus productos, querían doblegar otros países. Y la paz estaba en entredicho. Europa es vieja, Europa no anda muy bien. Torciendo el cuello al cisne no se consigue nada pero se rompe tanto romanticismo barato. Las gentes son más débiles mentalmente, acostumbradas a ver el mundo por los periódicos, acostumbradas a sol y playa, acostumbradas a no hacer nada. Y la guerra continúa dando muerte.
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