jueves, 25 de septiembre de 2025

 Puede surgir en la vida la conmoción de nuestras entrañas, la dura visión de nuestra alma retorciéndose en dolor. Puede el temor producirnos una parálisis de nuestra conciencia y ya no poder disfrutar de nuestro presente. Las acciones malas a las que estamos expuestos un día u otro, puede que nos agarrote la voluntad. Un fallo en la consideración de nuestras fuerzas, puede dar lugar a que no podamos saborear ni el aire que respiramos. Puede que una conjunción de seres malhadados nos muestre un camino no querido, nuestro corazón herido de falta de libertad, nuestra voluntad tirada en el camino de nuestra vida, la fe en Dios rota para siempre.

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