El presente es un tesoro inmóvil. Lo que hagamos en el presente, nos define y nos llena de gracia de estar aquí en la Tierra. Yo escribo, otros ganan mucho dinero porque son autónomos y echan muchas horas en una tienda o en un vehículo. Escribir no tiene mucho sentido, no se gana dinero escribiendo, no se adquiere notoriedad poniendo frases una detrás de otra. Solo unos pocos viven de la literatura y no dejan que la literatura de otros, se lea. Cuántas novelas muy buenas yacen en el olvido mientras otras, muy malas, se incorporan a los escaparates de las grandes librerías. Porque en España, lo que funciona es hacerse un nombre aunque sea a zancadillas al contrario, a empujones, a brazo partido. Luego, el lector juzga. Y el lector no se deja engañar por un nombre.
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