La psicología de esta persona es extrañísima. La última acción que se le recuerda fuera de todo sentido es andar deprisa para que mi padre se cansara detrás de ella. Luego se disculpa sin pedirle nadie disculpas. A mi madre la tuvieron una madrugada entera en un ay después de oír la recomendación de las médicas. Son dos, no solo esta extrañísima persona con una psicología de víctima/ejecutora. A Paco y a mí nos robaron las llaves de nuestro piso y entraron en él a robar. Se pierde la confianza. Pero no solo eso: cunde como la masa de harina la desconfianza ante este ser que, guiado por otro ser come mierda, hace cosas inverosímiles, difíciles de entender por una persona normal. Ya digo, la psicología de estos dos toca pollas es rarísima y hay que estar con ellos con mucho cuidado de que no te la armen una y otra vez.
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