Los niños juegan, en eso se les va mucho tiempo. Las demás gentes, hacen por la vida, cobran un sueldo para poder ir al supermercado y avituallarse de todo lo necesario para el cuerpo. Los autónomos viven de sus facturas, de lo que cobran por un servicio. Nos sorprendería a qué se dedica algún autónomo con mucha imaginación. Algún autónomo vende un poco de humo a buen precio. Pero está ya todo inventado. El crecepelo que vendían los charlatanes ahora está difuso en miles de inventos para la piel, para el colesterol, para la energía sexual, etc. Me gusta saber de la gente de qué vive, qué trabajo ejecuta. Hay gente que vende el piso a su propietario. Hay gente que vende patatas fritas al instante. Y hay gente que vive del paro o de una subvención. Hay gente que tira todo por la borda y se va a algún sitio donde se vive de hacer cadenillas y muñequeras.
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