Cuando se pierde la confianza en las personas, se pierde todo. Cuando una persona se ha metido en tu vida vilmente y encima, no conforme con eso, te humilla, ya no es la misma persona de antes. Hay un después amargo que se va destilando con el tiempo y ya no dejas de ver a esa persona como un enemigo que te la puede liar otra vez. Ya no son de fiar esas personas, piensas ya de ellos que buscarán otro momento para hacerte daño cuando tú estés más solo o débil porque son así, unos hijos de puta asquerosos. Y estás alerta y no quieres ya saber nada de ellos porque se ha roto el vínculo con ellos y sabes que si se vuelven a meter en tu vida es para hacerte daño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario