Ante unos comportamientos extraños o no propios de la edad, nos sorprendemos y decimos que esas personas que actúan como si tuvieran 10 años menos no sientan la cabeza nunca. Nunca la han sentado ni la sentarán. Se creen que la vida es un sarao continuo, que siempre han de hacer su voluntad aunque vayan contra unas normas no escritas pero que todo el mundo conoce. Hacen extravagancias propias de chiquillos que no saben muy bien que han crecido lo suficiente para no hacerlas. Han vivido siempre derrochando el tiempo y el dinero, un dinero que quizás no era del todo suyo, no han aprovechado las oportunidades que les han dado. La vida se les va en francachelas y gastos superfluos. Como sigan gastando lo innecesario, algún día llorarán por lo necesario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario