La soledad se va haciendo: hoy no hablo con nadie, mañana tampoco. Sales a las calles y tuerces a la derecha o a la izquierda, lo mismo da: no hay nadie cuyo rostro te diga algo. Una canción es imposible en las horas de soledad. Lees libros pero no hablas con esos que dominan la mañana, que la retuercen a su antojo hasta que diga cosas, cosas interesantes. Hoy tomo un AVE a Sevilla, mañana voy de caza. El sol da luz, pero no hace más que eso. Dibuja rostros desconocidos, los cambia por otros. Ya has andado la calle y sales a la principal y el desconocimiento de las gentes es ya mayúsculo.
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