Hay enfermos mentales a los que se les nota mucho la enfermedad: tienen un rictus en la cara de boca sumida y están como congestionados. En el caso de Paco y yo no se nos nota mucho. Pasamos entre la multitud como personas normales pero si nos ponen en situaciones de estrés, la enfermedad aflora. Por eso creo que nos han jubilado, porque una actividad fuerte nos desencadenaría los síntomas de la enfermedad. Los síntomas de la enfermedad son alucinaciones sensoriales y delirios. Pasamos por rachas de estar un tanto obsesionados, pero se nos va. La vida del enfermo mental debe ir acompañada de una rutina y de una tranquilidad grande. Y no beber ni drogarse. Y tomarse todas las pastillas prescritas por el psiquiatra.
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