Paco está como cuando sale de un ingreso: dice cosas confusas, hace cosas confusas pero se puede hablar con él. No ha venido nadie de la familia a verlo. Podría turnarse conmigo y yo salir a dar un paseo largo que me descongestionaría de todo el día metido en casa. Pero bueno, eso no ha sucedido y Paco dice que va a estar 3 días en casa. Ya lleva dos y mañana a lo mejor le convenzo para que salga o está ya mejor y sale. Lo bueno del caso es que esta vez no se ha puesto violento ni ha insultado a nadie ni se ha puesto furioso. Ya digo: es como si hubiera salido de un ingreso. Lo del oído en semana santa, lo de la muerte de mi madre y la ausencia en las farmacias de un somnífero que se tomaba ha hecho que mi hermano cayera en una especie de depresión. Pero no ha ingresado.
Se acostaban con la ilusión de dormir
pero la realidad los atrapaba.
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