La vida florece en todos los sitios. Cuando digo florece, es metáfora. Quiero decir que la vida se manifiesta de muchas maneras. Muchos seres envidian a la raza humana porque la raza humana piensa, siente, ama y es inteligente. Así fuimos creados. Y no en vano. Puesto que cada uno de nosotros podemos hacer mucho bien a la madre Tierra si nos lo proponemos. Podemos hacer mucho bien a la sociedad humana y a nuestros semejantes porque así hemos sido creados: para inventar, para crear teorías que nos hagan entender este mundo, para curar, para educar, para hacer el bien en suma. Otras cosas son esas instituciones que llaman al odio, al engaño y a la confusión de los hombres en la Tierra. Cualquier león, si pensara, desearía ser un ser humano. Por la calidad que hay en cada ser humano y lo que puede ofrecer a otro ser humano. Por la inteligencia que porta cada poderoso cerebro humano. No somos borregos, como nos llaman a veces. Somos semejantes a Dios. Y debemos demostrarlo.
Sujeta el clavo:
cuidado con el golpe.
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