En el hospital leí "El hombre en busca de sentido" de Víctor Frankl. Todo el mundo sabe la historia: un prisionero en un campo de concentración nazi que consigue sobrevivir. El título creo que se debe al sentido que busca la logoterapia, la disciplina que estudió el autor para curar los males emocionales. Los episodios por los que pasa este hombre en el Lager, como se le llamaba al presidio, son penosos: frío, piojos, cámara de gas en última instancia. Solo comían sopa. Trabajaban todos los días. Aguantaban brutalidades de los guardias, etc. Este hombre es un digno exponente de que, pese a lo extremo de una situación, se puede salir adelante. Y con eso me quedo.
Iban y venían,
leían y escribían.
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