Extiendo las muestras de mi amor por la vida sobre la mesa y no se me ocurre nada. Oigo música que pareciera estimulante y nada. Voy caminando, oyendo el aire y nada. Tengo vacía la imaginación de armarios huecos, de gilipolleces, de mañanas al tun tun, de vacaciones que no fueron y todo eso y al final, nada.
Nada por aquí, nada por allá, a esta mañana hay que llenarla de algo sutil. Registrando sentimientos como hace Rosendo inmerso en el lugar, que guay. Qué feliz se es con una guitarra, todos aclamándote, luciendo mil portadas. El que se gana la vida vendiendo seguros no es feliz, según tú, que en un escenario todo lo puedes decir.
Qué listos son algunos que hacen de su trabajo su ilusión de por vida. Haz tú lo mismo, parecen decir, que fácil es, parecen decir, vuelca tus sentimientos en una guitarra y estate contento. Nadie me escucha, parecen decir. No te fíes del que te vende la moto ni de la moto que te vende.
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