Creí que la misa iba a ser muy sombría, con poca gente y que se nos iba a hacer de noche. Y no fue así. Duró sólo media hora y llegamos a casa justo cuando se hacía de noche. Mi padre condujo como un maestro. Yo no hablé mucho pero al ver que había mucha gente, me alegré y al ver el espectáculo de los alrededores de la ermita de San Antonio, me alegré también. Al ver a un vecino de Zarzuela con el que trato bien y cruzar unas palabras con él, me alegré y las palabras que dijo el cura me dieron ánimos. Hay que buscar la paz, decía la Biblia.
Si uno pierde la paz, lo pierde todo, dice un refrán hindú. Yo ayer tuve paz y resulta que estaba enfrentado al hecho de acudir a esa misa.
Mi hermano Ángel murió por una adicción fuerte que tuvo al alcohol y al tabaco pero en el fondo era buena persona. Si hay un Cielo, espero que este allí. He rezado por él desde que murió y he pensado en la muerte. Nos deja solos.La muerte nos deja solos a los vivos. Pero bueno, hay que seguir para adelante.
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