Hace tiempo que ni leo ni escribo. Lo que le pasó a mi madre y a mi hermano me han tenido ocupado y me ha descabalado la rutina posible en la que yo podría haber seguido escribiendo. Con el tiempo supongo que volveré a leer y a escribir ocupando un tiempo que a mí me parece importante.
Hoy me he levantado un poco más pronto, será por el cambio de hora. Tengo que hacer una ensaladilla, comprar un pollo y hacerlo al ajillo. Eso será más adelante, cuando avance la mañana. Voy a ver si esta tarde me pongo a leer la segunda novela que estoy escribiendo a ver si tiene algún sentido o es un bodrio infumable. La tengo delante de mí, encuadernada y la tengo en el word. No sé si será novela corta o la puedo alargar. Es tipo confesional, en primera persona pero el otro día leí un fragmento y no me convenció. La tengo que reformar. Esto de querer ser escritor es como llorar porque luego no consigo hacer nada con mis novelas, está muy difícil publicarlas, darles paso, pero me entretengo escribiéndolas y eso ya es mucho. Mi pobre cabeza no da mucho de sí y me salen unas novelas muy chungas, de gente desafortunada y triste.
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