Si vivimos nuestra vida deseando otra vida u otras vidas, caemos en el desasosiego, en la angustia y en la depresión. Yo he tenido una vida anterior de profesor y a fe que es bonita: allí donde te mandan de profesor descubres una ciudad, unos amigos, vives una aventura educativa, conoces alumnos, etc. Eso ya pasó. Yo conocí Alcalá de Henares, Villalba junto a mi novia y compañeros, El Escorial, etc. Es muy bonito porque tu vida se une a la de otros y se une a una zona que puede tener y tiene su encanto particular. Por eso yo quizás debo rebajarme a la cotidianidad que me rodea ahora y quizás, con mis escritos, lo que veo difícil, entrar en otro círculo de acción y conocer gente porque por ahora no conozco gente nueva. Quizás escribiendo alguna novela de renombre, yo alcance vivir más, por decirlo de alguna manera. Ya vivo más creando mundos novelescos pero en mi reducido grupo de amigos añoro aquellos tiempos en que cada año conocía gente nueva. La vida del escritor es solitaria, dicen y así me debo conformar. Yo solo no voy a ningún sitio últimamente y eso me deja como algo ortopédico. Mi vida es algo ortopédica por ahora, qué le vamos a hacer. No desees lo imposible pero lucha por lo posible.
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