domingo, 23 de octubre de 2022

Llueve. No llueve. Está todo nublado y no llueve. Caen chaparrones que duran 10 minutos. En vez de una fina lluvia continua, hay que estar pendiente de cuándo será la próxima descarga de agua. Si llevas paraguas, no llueve. Si no lo llevas, a la inversa. La vida es como un chaparrón. Es inestable, lo confunde todo. Los humanos hacemos cosas útiles y vistosas y luego, somos los más crueles con el semejante. Los seres humanos somos los más peligrosos seres que hay en el mundo. Provocamos guerras, crisis financieras por pura codicia, males repartidos por todo el mundo. No pensamos en el que tenemos al lado. Creamos confusión y tristeza en el mundo por medio de nuestros actos y nuestras creaciones. Dios debe de estar muy alerta sobre lo que ocurre en el mundo, pero Dios no arregla nada, ¿Dios creó esto o fue todo casualidad, una ambigua casualidad?

De los escarmentados se hacen los avisados.

Tristemente, es así. Vemos al semejante que tropieza para no tropezar nosotros.


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