Todo el mundo oye hablar de la ley trans. Todo el mundo oye hablar de lo trans, de lo LGTBI, del feminismo, del machismo, de los xenófobos, de los racistas y de los fascistas. No ha habido nunca un gobierno que divida más la sociedad que este. Y nunca ha habido un presidente de gobierno más azuzador de las diferencias entre la gente que Sánchez. A mí no me gusta Sánchez. Da la sensación de ser un ser un tanto demoniaco y movido por el ansia de poder, que le encanta sentir. Pero es un tipo no demasiado inteligente que ha proferido ya muchas mentiras, que ha hecho ya, multiplicado por cien, las mismas cosas que criticaba a sus adversarios. Si la subida de la electricidad en tiempos de Rajoy servía para que Sánchez y el populista Iglesias pidieran su dimisión, ahora la subida, 200 veces más grande, no ha hecho temblar ni a uno ni a otro. Son dos cínicos de la política, dos malhechores Sánchez e Iglesias. Son los dos iguales de lenguaraces, mentirosos, oportunistas y populistas. No me gustan los políticos de Podemos ni Sánchez. Son como veletas que se giran con los vientos favorables, son gentuza que no querríamos de vecinos, son hipócritas y cínicos que echan la culpa a los demás de sus responsabilidades. Ojalá Podemos caiga en las elecciones a su mínima expresión y que Sánchez sea eliminado de la política para siempre.
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